Escribo sobre el pasado
y sobre lo que no existe.
Del presente no se más que lo que desprende de mis dedos,
que es ahora;
una palabra u otra, un paso más descendiendo una escalera,
el resbalarme de la vereda que cruzo tambaleando entre las hojas
caídas del otoño.
Siempre el presente es otoñal
y hay algo que cae,
yo, las hojas o el balcón.