
Esto ha de llamarse mi estado provisorio
unos cuantos metros cuadrados, cómodos con vista a las nubes.
También es provisorio mi status, mi visa.
Nunca hay que dar por sentada nuestra identidad, nacional o migrante.
Orgullosa estoy de mi documento, y asombrada de que en este país no exista algo como tal, que acredite con foto, nombre y apellido, que pertenecés a este suelo.
Uno es argentino en Argentina, pero latino para el mundo.
Este estado es de espera, los papeles nunca son fieles a lo que somos.
Por ser fiel es que escribo todos los días y hago de mi identidad un devenir.
Como cuando en la escuela aprendí de mi herencia cultural y en la facultad que mi identidad es un fluir.
Para algunos es un descubrimiento liberador, saberse cambiante, para mí es otro factor estresor.
Saberme siempre provisoria.