Olvidándonos

Primero fue olvidarme de tu voz luego de la dirección del remolino de tu pelo de la marca debajo de tu ojo izquierdo. El tono vivo de tus labios no distingo el tacto de tu piel ni la temperatura de tus brazos dormidos rodeándome en invierno. No es real el reflejo.  Tus ojos tus manos…