Las nubes se cargan para llover
En casa están abiertas todas las ventanas
El viento arrincona una poesía desordenada debajo de la cama
Las flores del balcón oscilan al límite de caer y las primeras gotas ensucian de tierra las cabezas que pasan
En las calles y en los taxis se comenta que llega la tormenta
El cielo llueve desde que es cielo.
Desde adentro tememos que el agua no cese
Tenemos el mar mojándonos los ojos
Degustamos lágrimas llovidas.