Tenemos que hablar
tenemos que hablar
la idea rumiante de las noches.
Quiero decirte que
es imperioso que tomemos la palabra.
¿De qué querés hablar?
respondés desprendido
ligero.
No sé, de algo
de nosotros, ¿qué pasó?
Nada, hay que seguir adelante
palabras trilladas.
Tanto tiempo pensando en el momento
para que digas NADA
seguí con tu vida
como si algo hubiera pasado que nos separara
te quiero pero no
no es una excusa.
¿Qué hiciste con la carta
que te dejé en el cajón?
¿Guardaste la foto que me tomaste
en secreto
por la espalda?
¿Guardaste el color,
el sonido del río cuando subió?
¿Y la temperatura de la tarde
donde dijiste que no había nada?
La vez que quisiste matarte.
¿De eso no se habla?