Podés hacer poesía como quien hace ejercicio.
A diario, preferentemente de mañana estirás,
extremidades, llenás
el pecho de aire, exhalás;
silencio.
También se hace poesía en la pausa,
descendés vértebra por vértebra en un movimiento hacia
adelante,
paralela a tus piernas
soltás el aire como expulsando de arrojos el viento,
La cabeza es lo último en relajarse.
Llegás con la nariz a las rodillas.
Redención del cuerpo, desciende el pulso.
Con las manos tocás la punta de los dedos de los pies.