¿Y qué derecho tenemos
a pasearnos por la sala,
a llorar a nuestros enfermos?
¿Quién se imaginó alguna vez
desnudo y solo,
a la luz blanca del cuarto esterilizado?
¿quién murió dignamente,
quién no se apiadó de sí?
En el mar de poesía, con cada ola sobreviene un verso
Bravo.
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